lunes, 27 de junio de 2016

Zen y MMA

El Zen: de los guerreros samurái a las MMA... y a los 'smartphones'
Julio 2016
En el libro 50 Things You're Not Supposed To Know: Religion (50 cosas que no debes saber: Religión), Daniele Bolelli señala una de las ironías más grandes en el mundo de las artes marciales japonesas: los samurái, la casta guerrera tradicional japonesa, eran practicantes del budismo Zen.
Para algunos, el Zen evoca imágenes de monjes pacíficos meditando bajo árboles que sueltan pétalos rosas, con cráneos rapados que albergan cerebros felices. El budismo y decapitar con furia a los enemigos, en el cerebro occidental, son como el aceite y el agua; y sin embargo, los samurái eran humanos y necesitaban algo que los ayudara a lidiar con el temor que sentían en el campo de batalla.
Los samurái sabían lo contraproducente que puede ser el temor desenfrenado. El duelista que sabe que podría morir en algunos minutos; el novato que se aguanta las lágrimas al tener que enfrentarse a un oponente experimentado; el empleado que después de un año durísimo se prepara para la reunión definitiva en la que se decidirá todo... el temor puede hacer que cada una de estas situaciones sea mucho peor.
El temor, en suma, puede ser paralizante, y aquí es donde el entrenamiento del Zen para los samurái entra en juego.
"El entrenamiento Zen, después de todo, pretende silenciar la mente, vivir el momento sin pensamientos del pasado o el futuro, aceptar las cosas como son, dominar las propias emociones y abandonar todos los apegos", explica Daniele Bolelli. "Todos estos ingredientes, mezclados, ofrecen el mejor antídoto al temor".
Los samurái utilizaban el Zen para silenciar sus mentes y asegurarse de que estaban completamente centrados en el combate. Debido a que el estilo de lucha sin armas de los samurái era similar al Jiu-jitsu, algunos practicantes modernos de Jiu-jitsu brasileño se ven a sí mismos como samurái de la actualidad. ¿Dónde encaja la meditación dentro de su entrenamiento?
La concentración completa es básica para cualquier deportista, incluyendo evidentemente los luchadores: la meditación es un buen método para alcanzarla. Foto de Michael Hresko.
En el documental Choke, el artista marcial brasileño Rickson Gracieexplica el temor que sentía antes de sus peleas en el evento Japan Vale Tudo y que con frecuencia le enfrentaban a oponentes mucho más grandes que él; la meditación regular lo ayudó a controlar ese miedo. Los beneficios de la meditación no son en absoluto un placebo: la ciencia ha demostrado que se trata de un proceso con efectos totalmente tangibles.
Una de las formas más básicas y populares de meditación es la de plenitud mental. Varios estudios demuestran que después de meses de la práctica de la concienciación, el centro de reacción al estrés del cerebro, el cuerpo amigdalino, comienza a reducirse en tamaño; al mismo tiempo, la corteza prefrontal —responsable de funciones primordiales del cerebro como la concentración y la toma de decisiones— se vuelve más gruesa.
La meditación no solo modifica sensiblemente el cerebro, sino que además reduce las conexiones entre las amígdalas y otras regiones del cerebro. Según el Dr. Joshua Grand, del Instituto Max Planck de Cognitiva Humana y Ciencias del Cerebro de Leipzig (Alemania), los meditadores que usaban técnicas Zen fueron capaces de debilitar los procesos mentales que producen dolor al alterar las zonas del cerebro que controlan dichos procesos.
La aplicación de estos descubrimientos a los deportes de combate es obvia. El alivio del dolor y la disminución de las emociones, así como el incremento de la racionalidad en la toma de decisiones, son armas extremadamente útiles.

Sí, sé que muchos pensaréis que todo esto os parece una gran bacalá, pero ahora os lanzo mi propia experiencia: yo mismo empecé a meditar hace años y decidí seguir durante toda la vida. No solo es una experiencia sorprendentemente placentera, sino que a medio plazo ayuda enormemente a concentrarse en las tareas del día a día.
Ah, y si queréis probar la meditación, vuestro 'smartphone' puede echaros una mano —por increíble que parezca— gracias a las múltiples aplicaciones dedicadas a tal efecto que ofrece el mercado. Difícilmente sustituyan a los maestros tradicionales, pero permiten seguir rutinas de meditación enfocadas a mejorar el propio rendimiento y la calidad de vida del usuario. 'Apps' como CALM e Insight Timer son buenos ejemplos de ello.
Así que, sea para las artes marciales, para el trabajo o para el día a día, ya lo sabéis: difícilmente llevaréis una katana por la calle, pero en el bolsillo tenéis un arma que a los mismísimos samurái les habría gustado tener.

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